El cuerpo humano necesita de un suministro constante de energía para poder funcionar de forma adecuada.
Principalmente cubrimos nuestras necesidades energéticas gracias a un azúcar esencial llamado glucosa, y lo obtenemos mediante los alimentos y líquidos que ingerimos.
Todo esto se regula gracias a un complejo sistema que regula los ciclos de almacenaje-recuperación de la glucosa.
En el hiperinsulinismo congénito se produce algún “error” en esos ciclos, provocando que los afectados tengan episodios frecuentes de hipoglucemia.